Las pastas se convirtieron en un alimento que goza de mala fama. Se dice que engordan, que no es bueno acompañarlas con proteínas e incluso que se debe evitar su consumo por la noche.

Para la nutricionista Laura Romano esto no es así.  No tiene nada que ver con que sea de día o de noche, ya que aclaró que el cuerpo gasta energía incluso durmiendo.

La grasa se almacena cuando se consume más de lo que el cuerpo necesita en un momento determinado No influye el horario en que se ingiere cada comida.

Los carbohidratos aportan entre el 45 y el 55% de las necesidades diarias de energía.  Los carbohidratos son nuestro principal combustible.

“Si el objetivo es estar saludable y tener un peso saludable, se recomienda armar un plato en el que la composición sea aproximadamente 50% vegetales, 25% carbohidratos y 25% proteínas”, dijo Romano.

Además, destacó que lo sustancial no es cuándo se ingieren sino qué tipo de carbohidratos se consumen. Lo que diferencia a cada uno de ellos es el contenido de fibra.

“Lo importante es hacer platos completos, que pueden consumirse al mediodía o a la noche, no importa el horario, sino que el cuerpo reciba lo justo y necesario y de manera equilibrada”, aclaró.

Los carbohidratos de digestión lenta: son  legumbres, pasta al dente, harinas integrales, arroz yamaní o quinoa.  Hacen que el cuerpo administre mejor la energía y almacene menos.

“Debemos tener especial cuidado con las carbograsas: la combinación de hidratos simples (frutas y lácteos) con grasas, que inducen a comer más”, dijo la nutricionista Aguirre Ackermann..

Los carbohidratos complejos son, en su mayoría, ricos en fibra, por eso tardan más tiempo en convertirse en glucosa y ser asimilados por el organismo.

Para la nutricionista, una cena no debería superar las 500 calorías en una mujer y 700 en un hombre. Lo importante: porciones moderadas y prestar atención a la combinación de nutrientes.