Los hábitos en la vida cotidiana se asocian con la monotonía o rigidez mental. Sin embargo, los expertos aseguran que otorgan seguridad y permiten enfocarse mejor en las tareas.

Un estudio de la Asociación Americana de Psicología constató que un ritual puede reforzar el autocontrol y permite gestionar el estrés.

Exponer el nervio óptico de los ojos a la luz activa los sistemas de excitación de cortisol, liberando neurotransmisores, péptidos y hormonas energizantes, señalan los especialistas.

Mirar el lado positivo

La efectividad de las técnicas de visualización han sido demostradas. Siempre es de utilidad imaginar un evento o situación deseada, ya que eso genera confianza y enfoque.

Imaginar un día de éxito

Estar un rato en la naturaleza, por ejemplo en el jardín o paseando por una plaza, activa el sistema nervioso parasimpático, que es el que ayuda a relajarse.

Salir al aire libre

Se ha demostrado que los sonidos naturales como las gotas de lluvia y el viento que mueve las hojas de los árboles reducen el estrés, disminuyen el dolor y mejoran el estado de ánimo y el rendimiento cognitivo.

Hacer actividad física es una buena rutina matutina porque activa al cerebro.

Levantarse y moverse

Un estudio citado en The Real Simple demostró que 30 minutos de ejercicio después de despertarse, sumado a moverse 3 minutos cada media hora, permiten una mayor concentración.

Hacerlo en la primera hora de la mañana es beneficioso. Seguir pasos es una manera fácil de darle forma, ritmo y propósito al inicio del día.

Meditación

Meditar regularmente alivia el estrés, mejora el aprendizaje y aumenta el volumen en áreas del cerebro asociadas con la atención y la memoria.