El valle del río Loira tuvo niveles de agua históricamente bajos, pero la sequía de este año es una llamada de atención. Las personas prácticamente pueden caminar de un lado al otro del río.

Uno de los principales afectados son los peces. Es que el agua pierde oxígeno al calentarse, quedan atrapados en charcos y se convierten en presa fácil.

El bajo nivel de las aguas del río puede acelerar el cierre de una o varias centrales del Loira, lo que haría subir los precios de la electricidad en toda Europa.

Para tomar dimensión, el suelo está tan reseco que simplemente no puede absorber tanta lluvia. El clima tormentoso ha traído alivio al calor, pero fue insuficiente para romper la sequía.

Hay pueblos sin electricidad, la vida marina se queda sin poder respirar por la falta de agua y la vegetación muere.

Algunos ciudadanos llenan camiones con agua para abastecer a los pueblos de las zonas afectadas, a la espera de una solución.