Cada año se registran 40.000 casos en Argentina y el 70% se produce fuera del ámbito hospitalario.
La persona fallece de forma repentina y no tiene antecedentes clínicos de enfermedades conocidas.
El dato es que en más del 80% de los casos, existieron señales previas que no fueron atendidas o factores de riesgo que no fueron detectados a tiempo por falta de controles.
Las autopsias de estas personas demuestran la presencia de enfermedades cardíacas entre el 80% y 90% de los casos.
¿Cómo se produce la muerte súbita?
Por la falta de oxígeno a nivel del músculo cardíaco o por una inestabilidad eléctrica del corazón.
¿Cómo prevenirla?
Controlar los cinco factores de riesgo coronario: tabaquismo, presión alta, obesidad, diabetes y colesterol alto.
En el caso de la inestabilidad eléctrica del corazón, lo esencial es la consulta de rutina para detectar a tiempo las alteraciones.
El tiempo que una víctima de paro cardíaco puede estar sin asistencia es de cuatro minutos. Esto se debe a que la muerte neuronal aumenta exponencialmente con el paso del tiempo.
Con el desfibrilador externo automático (DEA), la tasa de resucitación aumenta significativamente. Si se utiliza dentro de los tres minutos, la posibilidad de llegar con vida al hospital es del 70%.