Es una discapacidad del aprendizaje que hace que los niños tengan dificultad para escribir. No se supera con el tiempo, sino que requiere un tratamiento activo que permita al niño fortalecer dicha parte de su motricidad.

Puede generar problemas en el rendimiento académico y angustia emocional, ya que no está vinculado al grado de inteligencia sino a un trastorno del procesamiento de la información.

De acuerdo con la Revista de Información Científica (RIU), la disgrafía tiene dos aspectos que son una deficiencia motora que afecta el proceso físico de escribir, así como desafíos a nivel cognitivo con la expresión escrita y no necesariamente se vincula con algún problema de intelecto, sensorial o social.

El análisis publicado en RIU señala que los varones de siete años son los más propensos a presentar este padecimiento multicausal, sobre todo las disgrafías acústicas por dificultades en la percepción fonemática, seguida de las ópticas o espaciales.

El Child Mind Institute reveló en una publicación que hay dos categorías de síntomas relacionados con la disgrafía, los cuáles son las deficiencias motoras y los desafíos cognitivos; los niños pueden tener solo uno de ellos o ambos.

Síntomas de la disgrafía

“Cuanto más consistente sea algo y haya más señales, habrá más motivos de preocupación. Por ejemplo, si la escritura de un niño es desordenada a veces, es probable que no sea un problema, pero si tiene dificultad para formar las letras la mayor parte del tiempo, es posible que haya un problema que abordar”, dice la doctora Daryaneh Badaly, PhD, neuropsicóloga clínica del Child Mind Institute.

También hay problemas para sostener un lápiz, ya sea por el agarre o la fuerza del mismo. Se presenta fatiga al escribir, calambres y dolor en las manos.

Sobre el aspecto cognitivo, los niños con disgrafía, podrían tener dificultades con la mecánica de la escritura, como la ortografía, gramática, puntuación y la estructura de las frases.

Habitualmente se utilizan ejercicios físicos para fortalecer los músculos de las manos o prácticas de la escritura de letras.

Cómo tratar la disgrafía

En el caso de la percepción auditiva, se recomiendan los dictados de palabras con fonemas que puedan confundirse en la escucha o articulación.

Reconocer este problema de forma temprana debe ser uno de los principales objetivos en los entornos educativos, ya sea en casa o en la escuela, ya que de no tratarse se podría culminar en la pérdida de motivación.