Un informe de la ONU revela la pérdida anual de al menos 100 millones de hectáreas de tierra fértil. La degradación del suelo a nivel mundial es motivo de preocupación frente a la desertificación.
Las principales causas incluyen actividades humanas, como deforestación, prácticas agrícolas y cambio climático.
Entre 2014 y 2019, más de 420 millones de hectáreas de tierra experimentaron degradación, superando la extensión combinada de cinco naciones de Asia Central.
António Guterres, Secretario General de la ONU destacó la urgente necesidad de restaurar 1.500 millones de hectáreas de tierra degradada para 2030.
La proporción global de tierras degradadas aumentó del 14.7% al 18.9% entre 2015 y 2019. Países como Ecuador, Botswana y Burkina Faso han logrado reducir significativamente la superficie de tierra degradada y brindan una luz de esperanza.
En regiones como África, América Latina y el Caribe, la restauración de la cubierta arbórea ha impulsado mejoras, mientras que en Asia, se han visto beneficios con mejoras en la fertilidad del suelo.
Este trabajo de comprensión y acción local es esencial para cambiar el rumbo y frenar la pérdida continua de tierra fértil, advierten los expertos.