Las elecciones del 13 de agosto fueron un detonante para las variables financieras. El salto cambiario de casi 22% para el dólar oficial catapultó a todas las cotizaciones, incluidas las alternativas al “cepo”.

Pero en la última semana sobrevino un movimiento contrario, una probable corrección respecto del cataclismo post electoral.

El dólar libre perdió 20 pesos o un 2,7%, cotizando a $710 para la venta. Descendió en seis de las últimas ocho ruedas operativas y se alejó así de su récord de $795 del 16 de agosto.

Con un dólar mayorista que concluyó operado a $349,95, la brecha cambiaria quedó en el 102,9 por ciento.

El “contado con liqui” sin intervención que había llegado a superar los $800, se asentó en los $736, mientras que el “liqui” con bonos a 48 horas finalizó en torno a los 710 pesos.

El dólar MEP alcanzó los 675 pesos, subiendo sólo centavos en relación a la cotización que mantuvo durante la semana.

El riesgo país de JP Morgan, que se aproximó el miércoles 6 a los 2.200 puntos para Argentina, quedó en los 2.155 puntos básicos.