Durante el 2023, Argentina enfrentó un histórico aumento de casos de dengue, generando preocupación entre las autoridades sanitarias por el riesgo de un incremento durante el verano.

Se registraron 128,129 casos autóctonos y 71 fallecimientos en 2023.

La circulación del virus no experimentó un descenso durante el invierno, especialmente en el Noreste del país, marcando el mayor número de muertes desde la reaparición del dengue en 1997.

Desde 2009, se ha cambiado la denominación, ahora se menciona al "dengue" y al "dengue grave", siendo el hemorrágico una de las formas posibles de la enfermedad grave.

El dengue grave representa un riesgo significativo, con la posibilidad de causar shock, hemorragias internas y, en casos extremos, la muerte, siendo más propenso en mujeres embarazadas, bebés y personas con enfermedades crónicas.

Aunque no hay un tratamiento específico, la detección temprana y el acceso a la atención médica adecuada pueden reducir las tasas de mortalidad. Los síntomas de advertencia incluyen dolor abdominal, vómitos, sangrado, cansancio e irritabilidad.