Los sistemas de refrigeración son ideales para combatir las altas temperaturas, pero su uso intensivo puede generar problemas respiratorios. ¿Qué recaudos se deben tomar?

Con la llegada del verano, no hay nada más placentero que refugiarse en un ambiente templado a 24°C. Sin embargo, la exposición prolongada no es aconsejable por los especialistas.

La falta de mantenimiento en los filtros, la inadecuada ventilación o los cambios bruscos de temperatura son problemas que pueden derivar en resfriados, laringitis, faringitis, sinusitis y una infinidad de alergias.

Los aparatos enfrían el aire, quitan humedad y tienden a acumular polvo u otro tipo de sustancias. Todo ello favorece la irritación, inflamación o infección de las vías respiratorias”, explicaron los expertos.

Para el cuerpo humano, la temperatura confortable para dormir ronda entre los 24 y 25 grados. Poner el aire acondicionado en una temperatura menor puede resultar contraproducente.

¿Qué se debe tener en cuenta?

Mantener los filtros limpios

Acondicionar el ambiente a una temperatura de entre 24 y 27 °C.

Mantener siempre la humedad del ambiente, usando la función de ventilación.

Utilizar ventiladores como opción para refrescarse.

Evitar cambios bruscos de temperatura.

Tomar mucha agua y mantenerse hidratado.

Tener presente que cuando al descansar se puede dormir con la boca abierta. Hacerlo con el aire encendido, puede generar irritación de las vías aéreas.