Este indicador es desarrollado por la Global Footprint Network (GFN, Red Global de la Huella Ecológica, por sus siglas en inglés) y fue presentado por la Fundación Vida Silvestre local.

Busca generar conciencia y actúa como medidor de la velocidad en la que se “consume el planeta”.

La fecha del calendario no es fija sino que se modifica año a año, basada en el consumo y uso que la humanidad realiza de los bienes y servicios naturales y la capacidad de respuesta de los ecosistemas.

En Argentina se estimó para el 24 de junio, un mes antes de la fecha global que será el 28 de julio.

¿Qué quiere decir? Se consumieron todos los recursos naturales generados por el país para este año.

En inglés, este overshoot day o día del sobregiro muestra la presión sin precedentes que las actividades humanas están ejerciendo sobre la naturaleza.

Se están usando un 75% más de recursos naturales de lo que los ecosistemas del planeta pueden regenerar en un año. Es decir, que para vivir y mantener el consumo actual se necesitarán 1,75 planetas.

La Argentina se encuentra dentro de los países que aún cuentan con reserva de biocapacidad para producir recursos y proveer servicios ambientales, detrás de Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay, según la GFN.

Pero cuenta con cifras alarmantes que deben ser resueltas:

El Gran Chaco es uno de los 24 frentes de deforestación a escala global y uno de los 9 en América Latina.

Desde 2007, se perdieron 3.500.000 hectáreas de bosques nativos en Argentina.

En las costas bonaerenses, el 80% de los residuos encontrados en las playas fueron plásticos.

La matriz energética local se basa, principalmente, en el uso de combustibles fósiles, uno de los principales causantes del cambio climático y el calentamiento global.

Alrededor de un 40% de los alimentos se desperdicia antes de ser consumidos.

Para los expertos, la única manera de retrasar la fecha es a través de un cambio profundo en el modo de consumir y producir, la manera de movilizarse y conseguir energía e incluso de invertir dinero.

Existen muchas estrategias que permiten combinar lo económico, lo social y lo ambiental y no se debe esperar más tiempo, aclararon los analistas medioambientales.