La mayoría de los expertos definen un ataque de pánico como una aparición repentina de miedo intenso, diferenciándolo de la ansiedad.

¿Cómo identificarlo y qué hacer?

Las personas que los sufren se sienten abrumadas por síntomas mentales y físicos: sus corazones se aceleran, sienten una presión en el pecho y les falta la respiración.

En la agonía de un ataque de pánico, emerge una sensación de pérdida de control sobre la mente y el cuerpo.

Algo similar a tener un ataque al corazón o la sensación de estar por morirse.

Los síntomas aparecen en el transcurso de diez minutos y suelen desaparecer en media hora, aunque algunas personas pueden sentir efectos persistentes.

La experiencia puede ser traumática.

“Quienes tienen ataques de pánico no pueden quedarse solos. Su conducta cambia completamente, se ve limitada y su vida se restringe hasta el aislamiento”, aseguran los especialistas.

Una serie de factores estresantes, preocupaciones, incluso hablar en público.  Se desencadena, por lo general, cuando las personas experimentan estrés intenso.

¿Qué los causa?

El riesgo es mayor para los adolescentes y las personas de 20 años. Las mujeres tienen más del doble de probabilidades de padecerlo.

¿Quién puede sufrirlos?

¿Cómo se puede calmar un ataque de pánico?

Hablarse a uno mismo

Saber a quién llamar para tranquilizarse

Contar colores

Tomar algo frío

Respirar lentamente