El Puerto de Montevideo sirve como un centro para el desembarque, transbordo, procesamiento y reexportación. Pero hay un flagelo que trae consecuencias.

Este puerto es uno de los preferidos de las flotas pesqueras extranjeras, compuestas principalmente por embarcaciones chinas, que incurren en actividades de pesca ilegal y no declarada.

Este tipo de ilícito es considerado como una de las amenazas más importantes de los mares, incluso desplazando a la piratería.

Más allá de desembarcar y hacer transbordos de los peces capturados, hay casos registrados de que estas naves de aguas distantes llegan al puerto para dejar tripulantes muertos en tierra firme.

El problema que identificaron varios expertos radica en que las autoridades de Uruguay no supervisan correctamente a estos barcos y que incluso reciben a buques con historiales oscuros.

El experto en pesca ilegal en Latinoamérica, Milko Schvartzman, afirmó que en el 2019, las autoridades uruguayas supervisaron solo a 33 de las 320 embarcaciones que atracaron en el puerto.

Se estima que las actividades ilícitas cometidas por pesqueros chinos dentro de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Uruguay fueron "frecuentes", ya que muchas de estas embarcaciones evitan ser detectadas.

La zona del Atlántico Sur Occidental, que comparte Argentina, Uruguay y Brasil, es una de las únicas donde no existe una organización regional de ordenación pesquera y hay ausencia de controles.

Además, la sobreexplotación de los recursos bioacuáticos causó que las poblaciones de merluza, el principal recurso pesquero de Uruguay, haya disminuido o que los especímenes cada vez sean más pequeños.