La región del Medio Oriente es crucial para la producción y transporte de petróleo, por lo tanto cualquier escalada en el conflicto podría aumentar los precios globales del crudo, afectando a la economía mundial y local.

La incertidumbre geopolítica genera volatilidad en los mercados financieros, con posibles caídas en acciones y bonos, y un aumento en el precio del dólar.

Los inversores y el gobierno podrían replantear sus estrategias, debido a la incertidumbre, lo que podría afectar los planes de inversión y la economía nacional.

La interrupción en la logística de transporte y el comercio internacional podrían afectar negativamente a Argentina, que busca financiamiento y necesita inversiones en infraestructura y energía.

La postura de Argentina en el conflicto podría influir en sus relaciones internacionales, especialmente con países como Estados Unidos y China, y en su capacidad para obtener apoyo financiero, por ejemplo, del FMI.

El aumento en el precio del petróleo puede afectar el precio del gas, así como de otros commodities, lo que tendría repercusiones en la economía nacional.

Al igual que ocurrió con la invasión de Rusia a Ucrania, una escalada del conflicto en el Medio Oriente tendría efectos significativos en la economía argentina y en la economía mundial.