La Organización de las Naciones Unidas repudió, en un informe anual, las condiciones laborales a las que son sometidos los uigures y otras minorías musulmanas por el régimen de China en Xinjiang.

El reporte anual que realizó la ONU apuntó a los indicios de “medidas coercitivas” que los privan de opciones libres para escoger empleo y le piden a China proveer información sobre los trabajadores.

Grupos de activistas han expresado su preocupación sobre el trato que reciben los musulmanes en la región. Apuntan a la vigilancia estricta y a la “retención” de trabajadores.

“El comité tiene que señalar que la situación de empleo de uigures y otras minorías musulmanas provee numerosos indicios de medidas coercitivas”, escribieron los expertos.

Desde Beijing aseguran que en los centros donde ellos trabajan tienen como objetivo ayudar a mejorar las condiciones económicas y prevenir la violencia extremista de la región.

Aseguraron que son acusaciones “falsas y políticamente motivadas". Además, desde el régimen chino, afirman que se trata de centros de formación profesional destinados a alejarlos del terrorismo.

Según organizaciones de derechos humanos, al menos un millón de uigures y miembros de otras minorías turcoparlantes están o han estado encarcelados en campamentos.