El Gobierno comenzó a movilizar los soportes del programa económico y buscará, en la última parte del año y el inicio del 2025, direccionarlo hacia una caída adicional de la inflación y de negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que permita acceder a nuevas divisas, en un intento por preparar el terreno para una salida gradual del cepo cambiario.

En octubre, el Banco Central redujo la tasa de interés nominal anual del 40% al 35%, tras una inflación mensual más baja del 3%. Esto marcó el inicio de un nuevo enfoque económico.

El presidente Javier Milei anunció metas inflacionarias hacia una unificación del tipo de cambio y prometió bajar el ritmo de devaluación al 1% mensual, si la inflación se mantiene por debajo del 3% durante dos meses consecutivo.

Como parte de la estrategia para estabilizar el mercado cambiario, se implementó un esquema de devaluación más lenta y medidas como la liquidación de divisas provenientes de exportaciones para fortalecer reservas y contener la inflación.

La movilización de USD 20.000 millones mediante blanqueo incrementó depósitos en dólares y créditos a empresas, permitiendo al Banco Central recomponer reservas.

El Gobierno adelantó que planea levantar gradualmente el cepo cambiario en 2025, condicionado al nivel de reservas y estabilidad económica. La sostenibilidad del plan depende de precios internacionales, fortalecimiento del dólar, contexto electoral y condiciones internas como reservas y confianza del mercado.

Además, el Gobierno retomó conversaciones con el Fondo Monetario Internacional, buscando un nuevo acuerdo (el número 23 en la historia del país) tras la finalización del actual Extended Fund Facility. Se espera que la administración de Trump brinde apoyo en las negociaciones con el FMI, mientras el diálogo avanza de manera informal antes de formalizar un nuevo programa.

La eliminación del cepo y otros ajustes económicos están ligados al cumplimiento de metas de reservas acordadas con el FMI, actualmente deficitarias en USD 2.000 millones.