Toneladas de petróleo llegaron a las costas de Lima en los últimos días.  El problema comenzó con la erupción de un volcán cercano a Tonga, en el Océano Pacífico, que causó un tsunami.

Las olas que se desencadenaron causaron problemas en las operaciones de la refinería de Pampilla.

El operador de la refinería, la empresa española Repsol, reportó inicialmente el derrame de siete galones de crudo.

Sin embargo, el Ministerio del Ambiente estimó que fueron 6000 barriles los que se derramaron en una zona del pacífico peruano.

La mancha de petróleo en la superficie marina se extiende en un área similar a 320 canchas de fútbol.

Crédito | Agencia Andina

Las aguas del Pacífico peruano son famosas por su biodiversidad.  El derrame amenaza dos reservas marinas protegidas donde se refugian nutrias marinas, pingüinos de Humboldt y cormoranes grises.

“Estamos ante uno de los ecocidios más grandes que se han suscitado en nuestras costas”, indicó el presidente Pedro Castillo.

Repsol indicó que estima completar la limpieza de las playas y la zona marina afectadas para finales de febrero.

Pero diez días después del tsunami, mientras se realizaba la limpieza, ocurrió un segundo derrame en la refinería.

Se han dispuesto acciones penales, civiles y administrativas contra Repsol.  La empresa podría tener que pagar multas por alrededor de 36 millones de dólares.

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