Un cadáver fue hallado en un bosque en 2012 y en 2022 pudo ser identificado. Se trataba de Amore Wiggins, una niña de 6 años. Su padre fue detenido acusado de su muerte.

Los investigadores de crímenes siempre dicen que “los cuerpos hablan y dan pistas de lo que sucedió”. En este caso, se tardó una década en encontrarlo, pero al final la verdad salió a la luz.

El 28 de enero de 2012 no fue un día más en el pequeño pueblo de Opelika, Alabama. Un niño que jugaba en el bosque encontró un cráneo. Más tarde, la policía halló más restos humanos.

El misterio de Baby Jane Los especialistas determinaron que los restos pertenecían a una niña afroamericana. Los resultados indicaron que los huesos estaban subdesarrollados, síntoma de desnutrición.

Además, descubrieron que fue abusada físicamente antes de su muerte y tenía una deformidad visible en su ojo. Analizaron el ADN en la base de datos de personas desaparecidas, pero no encontraron ninguna coincidencia.

La policía digitalizó una imagen y su rostro se difundió en Opelika. Una maestra de catecismo proporcionó a los investigadores una fotografía de 2011 de una niña muy callada que había sido su alumna.

Los investigadores intentaron identificar a la niña de la foto a través de los registros escolares y de la iglesia, pero no pudieron encontrar su nombre. La pequeña también tenía una deformidad en el ojo izquierdo.

El alcalde de ese momento Gary Fuller declaró que era “difícil creer que nadie conozca a esta nena" y lanzó una recompensa de 5.000 dólares.

En 2022, dos empresas pudieron extraer ADN del cuero cabelludo que se compiló y cargó un perfil genético en una base de datos. Así lograron identificar a quién pertenecían los restos.

Amore Joveah Wiggins nació en enero de 2006 y su madre Sherry Wiggins perdió su custodia en 2009. La niña vivía con su papá y la novia. Los dos pasaron a ser sospechosos por los abusos y el crimen.

La niña nunca había sido denunciada como desaparecida. Vivió a manos de su abusador y hasta su muerte atravesó un calvario.