De acuerdo con los datos del colectivo feminista Masaktach  (No me callo) las mujeres víctima de violación no reciben justicia.

Según un estudio elaborado en 2020, de 1.169 casos un 80% de los condenados recibió una pena inferior a 5 años y, en la práctica, están en prisión alrededor de 3 años.

La ley marroquí estipula entre 5 y 10 años de cárcel para este delito, que eleva a entre 10 y 20 si la víctima es menor y hasta 30 años si pierde su virginidad.

Este último es el caso de una menor a la que recientemente un tribunal de Rabat aplicó tres atenuantes y redujo la condena de sus abusadores. Dos de sus agresores viven a 30 metros de su casa y el tercer violador a 400 metros.

El caso de la niña resonó en el país y el ministro de Justicia, Abdelatif Uahbi, prometió penas más duras. Pero, para plataformas como Masakatch, el problema empieza por los policías, fiscales y jueces.

Según Loubna Rais, integrante de Masakatch, en Marruecos hay una “cultura de la violación” que “no se deteniene a las puertas de los tribunales”. “Se banaliza la violencia que sufren las mujeres y niñas, y se minimiza su sufrimiento”, advirtió.