Nadungamuwa Vijaya Raja tenía 68 años. Murió esta semana y el Estado realizó un funeral en su honor. Fue declarado “tesoro nacional”.

El animal era el encargado de llevar el ataúd que contenía la reliquia del diente sagrado de Buda durante la procesión anual de Esala, un importante desfile religioso.

Nació en la ciudad india de Mysore en 1953 y era considerado el elefante domesticado más grande de Asia.

Según el folclore, Raja fue uno de los dos elefantes que el rey de Mysore regaló a un monje médico de Sri Lanka por curar a un pariente.

Con pocos años de vida, fue elegido para conformar el grupo de elefantes de élite que llevaban reliquias budistas sagradas durante un desfile anual en Sri Lanka.

Cuando Raja viajaba tenía su propio destacamento de seguridad. Se desplegaba una unidad militar cuando realizaba su caminata anual de 90 kilómetros desde su residencia hasta Kandy.

Según anunciaron las autoridades de ese país, su cuerpo será disecado y preservados para “ser venerado por generaciones futuras”.

Cientos de ciudadanos viajaron para despedirlo en su residencia en las afueras de Colombo, que estaba cubierto con un sudario blanco y adornado con flores.