Jhon Jairo Velásquez, alias Popeye, fue un sangriento sicario del Cartel de Medellín. Ejecutó 250 asesinatos a sangre fría y 3000 muertes planeadas.

¿Por qué se convirtió en el hombre más buscado por los medios?

Pablo Escobar Gaviria fue el hombre más poderoso del narcotráfico colombiano hasta que cayó abatido por el Bloque de Búsqueda en diciembre de 1993.

Popeye murió en 2020 y, antes de su final, vio como sus millones se esfumaron. La Justicia ordenó la extinción de dominio y le quitó todos los bienes. Cuando falleció, no dejó ni un centavo.

Popeye se definía como un “asesino profesional y un hombre sencillo”. En un país tan violento el matar es un trabajo lícito”, justificaba.

Popeye se convirtió en una figura de interés público porque contaba con impunidad los secretos de su jefe, la relación con el dinero, las torturas a los enemigos y los amores con reinas de belleza.

Pasó 23 años en prisión y en 2014 quedó en libertad. Cuatro años después volvió a caer acusado de extorsionar a familias asociadas con el narcotráfico.

Antes de morir, este sicario rompió el silencio y contó los secretos de su jefe. Todos pensábamos que Pablo Escobar era inmortal, manejaba las situaciones más apremiantes con total sangre fría”, recordó.

Pero Pablo no sólo jugaba con la vida de sus víctimas, también las torturaba. “Usábamos bolsas, agua caliente, herramientas, soldadores y hasta cuchillos para esa tarea”, declaró Popeye en varias oportunidades.