La artista australiana se encuentra en lo más alto dentro de la industria musical. Es considerada una de las más grandes de la historia dentro del género.
Pero Iggy Azalea tuvo que superar varios obstáculos desde su infancia: migró a Estados Unidos siendo menor (sin autorización de sus padres) y limpió pisos.
Su estadía no fue nada agradable; se tuvo que incorporar a cualquier trabajo que le permitiera sustentar sus necesidades y comenzar con la carrera por la que abandonó Australia.
Su debut musical fue en 2011 con el tema “Pu$$y”, pero el mundo la conoció en 2014 con el estreno de “Fancy”.
También tuvo que lidiar con una campaña mediática en su contra tras convertirse en la primera amenaza real del reinado de Nicki Minaj.
El éxito fue tan abrumador que en 2017, Billboard declaró a "Fancy" como el mayor hit creado por una rapera en la historia, seguida por Nicki Minaj con Super Bass.
Ese sencillo empató a The Beatles, quienes retuvieron por varias décadas el número 1 y 2 en el Hot 100 de canciones mundiales.
A Iggy Azalea le tocó luchar con el prejuicio. Las cantantes afrodescendientes la acusaban de apropiación cultural y de no tener derecho a estar en la escena por los “privilegios” con los que nació.
Se le cerraron varias puertas y hasta se quedó sin disquera por ser mujer, blanca y querer rapear. Su esfuerzo valió la pena y hoy está en la cima.