Las consecuencias del plástico, ese material que está presente en cada momento de la vida cotidiana, son inmensas.

El plástico no es reabsorbido por la tierra y, por eso, se acumula en los lugares más insospechados.

Esto ocurre en la isla de Henderson, un paraíso natural deshabitado, declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO.

En sus costas hay cerca de 37,7 millones de piezas de plástico.

Crédito | Universidad de Tasmania

La isla forma parte de la Polinesia y es territorio de ultramar del Reino Unido. Está ubicada en el Océano Pacífico, cerca del centro de la Corriente Circular del Pacífico Sur.

Esta corriente la convierte en foco de los desechos transportados desde gran parte de Sudamérica.

Crédito | Universidad de Tasmania

La isla de Henderson es tan remota que sólo es visitada entre cada cinco y diez años con fines científicos.

Crédito | Universidad de Tasmania

Hoy las playas están colmadas por una media de 671 unidades de plástico por metro cuadrado: la densidad más alta de plástico jamás registrada para un entorno de estas características.

Se estima que se han depositado más de 17 toneladas de desechos plásticos en toda la isla.

Cada día, llegan más de 3.570 nuevas piezas de basura, según afirmaron desde el Instituto de Estudios Marinos y Antárticos de la Universidad de Tasmania.

Afectan a las especies animales de la isla. Al menos dos se encuentran en riesgo por la contaminación.