El 8 de diciembre de 1980 quedó marcado para siempre en el corazón de los fanáticos de The Beatles. Mark David Chapman mató de cinco disparos a John Lennon.

La infancia del homicida estuvo contaminada por la violencia, algo que llevó a matar a su ídolo como modo de escape a los demonios internos.

¿Cómo pasó todo?

Ese mismo día, Lennon y Chapman ya se habían cruzado en la calle unas horas antes del crimen. El músico le firmó un disco e incluso un fotógrafo los retrató.

Chapman había hecho su vigilia en la puerta del edificio Dakota donde vivía el artista. No era la primera vez: el plan era claro y lo había intentado tres veces antes.

Ese 8 de diciembre por la mañana Lennon hizo la portada del nuevo número de la revista Rolling Stone abrazando desnudo a su pareja, Yoko Ono. Además, estuvo en un estudio de grabación.

A las 22.50, arribó a la puerta de su casa en limusina. Yoko Ono bajó primera y él caminaba por detrás. El músico, como era habitual, se cruzó con un grupo de fans. Entre ellos estaba Chapman.

Intercambiaron miradas y Chapman creyó que la estrella lo había reconocido por haberlo visto más temprano.

Esta vez, sin mediar palabra, le disparó 6 veces.

Lennon fue derivado en un gravísimo estado y a bordo de un auto de la policía al Hospital Roosevelt. Llegó sin signos vitales y después de 20 minutos de intento de resucitación fue declarado muerto a las 23.15.

El asesino de Lennon realizó 11 presentaciones para que se le otorgara el beneficio de la libertad condicional.

La Justicia sostiene que representa un peligro para la sociedad.