Un comité de la ONU volvió a señalar a China por las violaciones a los derechos humanos contra los uigures, una minoría musulmana obligada a realizar trabajos forzados.

Los expertos expresaron su preocupación por los “numerosos indicios de medidas coercitivas, incluidos los trabajos forzados”, frente a las minorías étnicas. China niega enérgicamente las acusaciones.

En 2022 un informe del jefe de derechos humanos de la ONU afirmó que el trato que China da a los uigures, una minoría étnica de unos 10 millones de personas en Xinjiang, puede constituir crímenes contra la humanidad.

Recientemente, congresistas de Estados Unidos pidieron investigar al grupo chino Shein por trabajo forzado de la etnia de los uigures. También un grupo de ONG de Francia realizaron denuncias contra grupos textiles.

La ONU pidió a Pekín que apruebe inmediatamente la legislación que prohíba las medidas coercitivas, desmantele todos los sistemas de trabajo forzoso y libere a todas las personas sometidas a él.

China presentó una respuesta de 11 páginas al informe en la que afirmaba que estudiaría detenidamente las recomendaciones y que estaba dispuesta a aplicar cualquiera “que se adapte a sus realidades”.

Sin embargo, rechazó las recomendaciones sobre Xinjiang, entre otras, clasificándolas de “falsas”. La comisión también pidió que se pusiera fin a las represalias y persecuciones “sistemáticas”.