Kathrine Switzer, una joven estudiante de 20 años, se convirtió en la primera mujer en correr la Maratón de Boston en 1967. Rompió las reglas establecidas y su imagen recorrió el mundo.

En la década del 60, la maratón de Boston tenía el mismo reglamento que el resto de los grandes compentencias: las mujeres no podían participar. Así que Kathrine logró anotarse con sus iniciales, K.V.

Desde 1896, en los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna, en Grecia, el maratón se había convertido en la distancia suprema de las carreras de fondo.

Los argumentos infames y discriminatorios incluían teorías falsas como decir que se les caería el útero si corrían largas distancias. Aun así, desde comienzos del siglo XX varias mujeres corrieron de forma no oficial.

KV Switzer salió con toda la multitud llevando el dorsal 261 hasta que uno de los oficiales que fiscalizaba la prueba la descubrió.

Pero ella, que sabía a lo que se enfrentaba desde el comienzo, no estaba sola. Su novio y otros corredores se interpusieron y evitaron que la sacaran del recorrido.

La famosa foto de Kathrine Switzer en 1967 fue elegida por la revista Time en la lista de las 100 fotos que cambiaron la historia. Esa imágen inició el fin de una era. En 1972, Boston incorporó oficialmente a las mujeres en la maratón.