Concebida en 2008, fue la primera cripto que se lanzó al mercado y, por eso, su valor es un referente. Es de código abierto, su diseño es público, no tiene dueño y cualquiera puede participar.

Es una plataforma digital que adopta la tecnología de cadena de bloques (blockchain) y expande su uso a una gran variedad de aplicaciones. Ether es su criptomoneda nativa.

Es el principal emisor de los “stablecoins”, diseñados para mantener un precio constante respecto al dólar. Están respaldados por reservas de fondos u otro tipo de ingeniería financiera.

Es una cripto respaldada por activos. Ganó notoriedad en el mercado al contratar auditorías externas públicas para verificar que sus reservas existen.

Es la moneda nativa de Binance Chain y Smart Chain. Nació para soportar transacciones dentro de la propia plataforma.

Son dólares estadounidenses digitalizados y, por lo tanto, siempre se compran y canjean 1 BUSD por un dólar de EEUU.

Fue desarrollada por Ripple en 2012 y, a diferencia de otras, no utiliza blockchain. Su red necesita que cada uno de sus nodos estén identificados y autorizados a operar.

Es una plataforma descentralizada basada en blockchain que brinda a los usuarios herramientas económicas y de intercambio.  Su moneda es ADA.

Es la blockchain más rápida del mundo y ofrece comisiones bajas. Es una de las criptomonedas que más ha tomado relevancia en los últimos años en el mercado de las divisas digitales.

Surgió como una parodia al Bitcoin, pero se disparó en 2021 gracias a un tuit de Elon Musk. Tiene protocolo criptográfico no administrado por ninguna autoridad central.