Según un estudio realizado por la Universidad de California, en Berkeley, Estados Unidos, es posible aprender cómo activar los recursos psicológicos para alcanzar la felicidad plena.
La idea se basa en disfrutar las experiencias positivas y ser consciente de ellas, prolongando el bienestar y, a la vez, desarrollando un mayor sentido de resiliencia y autoestima.
Para lograrlo es fundamental la neuroplasticidad autodirigida. Se trata de crear en el cerebro hábitos positivos de manera intencional. Esta técnica cuenta con 4 claves.
Consiste en atravesar efectivamente la experiencia o evocarla mentalmente, como pensar en alguien que se preocupa por uno.
Hacer que un momento sea duradero, esto implica mantenerlo activo en la conciencia una vez que haya concluido, reviviendo las partes felices.
Esforzarse de manera voluntaria para internalizar la experiencia positiva. Dirigir la atención hacia el estado emocional personal y tomar conciencia de él.
Es necesario concentrarse en el aspecto positivo de las situaciones, aunque uno tenga conciencia de los aspectos negativos o traumáticos.