Muchos runners buscan hacer ejercicio frente al mar. Esto, lejos de ser un problema, puede generar grandes beneficios si se sabe aprovechar. ¿Qué se debe tener en cuenta?

Entrenar en la arena es un cambio notable para cualquier atleta, por eso, es importante tener en cuenta el tipo de ejercicios, el calzado y el tiempo de duración.

Los especialistas aseguran que es importante ejercitarse de forma progresiva para que el cuerpo se adecue de a poco.

1- Progresión gradual

Realizar trabajos con menos kilómetros, pero más intensos sirven para mejorar la potencia y, en el caso de la playa, fortalecer los músculos. Lo ideal es correr por la arena húmeda.

2 - Una superficie más exigente

Uno de los beneficios es el trabajo de propiocepción, es decir, la capacidad del cerebro de identificar la posición exacta de las partes del cuerpo en cada momento.

3 - Percibir cada músculo

No es conveniente correr descalzos. Sí es posible quitarse las zapatillas al final del entrenamiento y hacer  ejercicios breves para evitar torceduras.

4 - Calzado

Aún en invierno, no hay que descuidar la hidratación, se debe utilizar protector solar y evitar los horarios de mayor exposición al sol.

5 - Agua y protector solar