Desde que invadió Ucrania, Rusia asaltó ciudades clave y bombardeó barrios residenciales.
Pero estas tácticas no son nuevas: Vladimir Putin ya las implementó en Siria.
Rusia interviene en el conflicto sirio desde 2015 en apoyo al régimen de Bashar Al-Assad.
Los opositores sirios se transformaron en rebeldes y tomaron territorios que Putin luego luchó por recuperar.
El ejército ruso probó en estas batallas en Siria la mayoría de su arsenal militar.
La participación en la guerra sirvió como entrenamiento para sus tropas.
Entre las estrategias que Putin probó primero en territorio sirio, se encuentra la toma de las urbes más importantes del país.
Conquista de ciudades
En Siria conquistó Aleppo, la segunda ciudad más grande, controlada por los rebeldes.
En Ucrania, busca tomar Kiev para deslegitimar el poder del presidente, Volodímir Zelenski.
Además, Rusia lanza ataques sobre hospitales, escuelas y centrales energéticas para aterrorizar a los civiles, hacer su vida imposible y que se marchen.
Lo hizo en Siria y lo repite ahora.
Cuando los civiles escapan de las ciudades, se vuelve más fácil para el ejército avanzar.
En Ucrania escaparon a países vecinos más de 1,5 millones de refugiados.
Una macabra táctica fue la de autorizar corredores sanitarios que no cumplían su función y terminaban con muertos y heridos.
Sin embargo, hay una diferencia clave entre las dos guerras con participación rusa: los rebeldes sirios no tenían grandes equipamientos, mientras que Ucrania cuenta con un ejército equipado.
Las tropas de Zelenski tienen armas antiaéreas y antitanques.
Además, tienen el apoyo de las potencias occidentales, que buscan aislar a Rusia.