Prakashanand Saraswati mintió para conquistar Occidente, abusó de mujeres y niños; y se esfumó de la faz de la tierra. Interpol lo sigue buscando. Actualmente, tendría 94 años.

Estaba en libertad bajo una fianza de 200.000 dólares a la espera del juicio por sus delitos. La justicia le había retenido el pasaporte.

La sentencia estaba prevista para la mañana del lunes 7 de marzo de 2011, en un tribunal de Austin, Texas, pero el acusado no asistió. Se había fugado la noche anterior con la certeza de que sería declarado culpable.

No se equivocaba: el 22 de abril, el jurado le fijó una pena de 208 años de prisión efectiva por abusos sexuales y abuso de menores.

Para entonces, el maestro espiritual estaba escondido en México. Temiendo que lo encontraran, en noviembre de 2011, huyó con un pasaporte falso hacia la India.

Desde entonces no se sabe nada de él. Ni el FBI, que lo tiene en su lista de personas buscadas, ni Interpol ni la policía de la India, su país natal, saben dónde está. A esta altura se desconoce si sigue vivo.

Contó que pasó 20 años en el Himalaya y en algunos bosques de la India para alcanzar los niveles más profundos de meditación, pero se descubrió que todo era un engaño.

La mentira de Prakashanand

Cuando fue juzgado tenía 82 años y todo el aspecto y los gestos del típico maestro espiritual hinduista.

Fundó la institución religiosa Radha Madhav Dham, escribió diez libros y contaba con seguidores en India, Inglaterra, Irlanda, Singapur, Nueva Zelanda y Australia.