Martín Santiago del Río, de 47 años, está imputado por homicidio agravado por el vínculo, acusado de haber matado a sus padres en una casona de Vicente López. Pero este no es el único caso argentino.

Un repaso por cuatro casos emblemáticos que tiñeron de rojo las crónicas policiales del país.

En Barrio Norte, en el baúl de un auto se encontraron los cuerpos del ingeniero Mauricio Schoklender y la actriz Cristina Silva. Tenían dos hijos: Sergio y Pablo.

Caso Schoklender

Por entonces, los hijos tenían 23 y 20 años. Después del asesinato, durante la madrugada del 30 de mayo de 1981, huyeron a Mar del Plata. Fueron condenados a cadena perpetua y hoy están libres.

Su madre había muerto en 1993. Juan Carlos Vázquez decidió mudarse con sus hijas al barrio de Saavedra. Gabriela se involucró en las drogas. Silvina padecía esquizofrenia.

Gabriela y Silvina Vázquez

Se vincularon con el Centro Alquímico Transmutar y afirmaban que había demonios en su casa.  En el 2000 mataron a su padre. Fueron declaradas inimputables y en 2003 recibieron el alta.

Tenía 21 años y vivía en San Andrés de Giles. En 1986 le contó a sus vecinos que toda su familia se había ido a vivir a Encarnación, Paraguay, huyendo de una deuda.

 Luis Fernando Iribarren

El joven, que parecía tranquilo, ocultaba su lado más siniestro.  La verdad salió a la luz en 1995, cuando se descubrió que toda su familia estaba enterrada en una fosa común.

En una estancia de Colonia Yeruá, Entre Ríos, mató a su padre, a su madrastra y a su hermanastro, Facundo, un bebé de dos años. Fue arrestado y no mintió.

Matías Bressán

En la comisaría, el joven de 17 años confesó los crímenes. El juicio en su contra duró solo dos días. No fue preso. Lo enviaron a un hogar de menores en Paraná, bajo la tutela de un pastor evangelista.