Una investigación presentada en Estados Unidos revela que el mosquito Anopheles stephensi es la causa de los brotes de malaria en Etiopía.

A principios de este año, se publicó un informe sanitario sobre la ciudad de Dire Dawa, un centro de transporte en el este de Etiopía.

En él se reveló el primer brote de malaria urbana en ese país durante la estación seca, una cuestión que, según los registros médicos de esa nación, no tiene antecedentes.

Según remarcaron los especialistas, las personas suelen retrasar la consulta y eso complica el tratamiento.

La investigación se dio a conocer en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Medicina Tropical e Higiene, que encabezó Sarah Zohdy, ecologista de enfermedades y experta en An. stephensi.

Fue realizada para los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EEUU.

“No es un mosquito nuevo para la ciencia. En realidad, es probablemente uno de los mosquitos de la malaria mejor estudiados en el mundo”, afirmó Zohdy.

Pero sólo se había encontrado en el sur de Asia y la Península Arábiga. Luego, en 2012, la nación de Djibouti, en el este de África, registró un dramático brote de malaria.

“Desde ese año, los casos de malaria se han multiplicado por 36 en Djibouti, un país de menos de un millón de habitantes”, continuó Zohdy.

El mosquito ha aparecido en Somalia, Sudán, más recientemente en Nigeria y se estima que ya esté presente en otros lugares.

“Si seguimos haciendo lo mismo, no tendremos éxito en atacar a este mosquito. Tenemos que ser innovadores” afirma Fitsum Girma Tadesse, coautor del estudio.

La aparición de dos inmunizaciones contra la malaria abre el camino hacia la erradicación de la enfermedad en África.

Sin embargo, la falta de financiación y el peligro de interrumpir otras medidas de prevención podrían provocar a la larga un resurgimiento de la enfermedad.