La movilización por Cristina Kirchner fue determinante para enrarecer aún más el clima político. Disturbios, incidentes con la policía y culpas cruzadas.

Ambos sintieron que lo sucedido el sábado fue una provocación. El Gobierno apuntó a las vallas, dispuestas alrededor del departamento de Cristina Kirchner, por indicación del Jefe de Gobierno porteño.

Juntos por el Cambio, por su parte, cuestionó al kirchnerismo por generar un clima espeso con las marchas para respaldar a Cristina y enviarle un mensaje al tribunal que debe decidir en la causa Vialidad.

El vínculo entre el gobierno nacional y el de la Ciudad de Buenos Aires tocó un pico de máxima tensión en la tarde del sábado, cuando la Policía decidió dispersar a los militantes que tumbaron las vallas.

El pedido de condena a la ex presidenta rompió completamente el escenario político. Desde el momento en el que el fiscal Diego Luciani le pidió 12 años de prisión, el ánimo se alteró dentro del Gobierno.

Lo que salió a la luz la última semana y, especialmente, el sábado, es la claridad sobre el lugar que ocupa Cristina Kirchner en el peronismo. Su espacio político se encargó de rodearla de militancia.

Crédito: @CFKArgentina

Los hechos de los últimos días también expusieron la decisión de Alberto Fernández de dejar a un costado sus diferencias con su compañera de fórmula y brindarle un respaldo absoluto.

Mauricio Macri acusó a la vicepresidenta a través de Twitter. “La responsable de este desborde y alteración de la paz es CFK, que nuevamente atropella las instituciones, creyéndose por encima de la ley”.

Horacio Rodríguez Larreta habló con la prensa, luego de los incidentes. “Le pido señora vicepresidenta que asuma la responsabilidad de que los manifestantes se retiren pacíficamente a sus casas”.

Cristina Krichner brindó un discurso en la noche del sábado desde un escenario improvisado afuera de su domicilio. “Vayamos a descansar que ha sido un largo día”, dijo.

Crédito: @CFKArgentina

Si bien buscó calmar los ánimos tras una jornada cargada de tensión, le pidió a la oposición que “dejen de competir entre sí para ver quién odia más a los peronistas”.