El multimillonario Elon Musk, fundador de Tesla y SpaceX, tiene una única heroína: su madre, Maye.
La califica como una madre modelo. Pero, ¿qué se sabe sobre ella?
Sus padres eran dos aventureros que viajaban por el mundo.
Finalmente, decidieron vivir en Pretoria, capital de Sudáfrica, para explorar el desierto de Kalahari. Allí nació Maye y su gemela, Kaye.
Cada verano, la familia viajaba al desierto para buscar la “Ciudad Perdida”
y dormían al aire libre, escondiéndose de las hienas dentro de sus bolsas de dormir.
Todo cambió cuando cumplió 15 años: entró a la escuela de modelos de la mejor amiga de su madre y pronto se convirtió en la cara habitual de pasarelas y catálogos.
En 1969, con 20 años, Maye fue finalista de Miss Sudáfrica.
Al año siguiente, finalizó sus estudios universitarios y se convirtió en nutricionista.
En 1970, se casó con Erron Musk,
a quien conoció en la secundaria
y que se convertiría en un ingeniero rico, vinculado a las minas de esmeraldas.
Tuvieron tres hijos y se separaron nueve años después.
Según relató ella misma en una autobiografía, durante su relación tenía la esperanza de que Erron se convirtiera “en una buena persona”. Pero ocurrió todo lo contrario.
Maye sufría duras golpizas que pronto también padecerían sus hijos.
Hasta que un día, Erron la golpeó frente a sus amigos y ella decidió huir con los niños a Durban.
Pero las leyes sudafricanas le impedían llevarse sus ahorros del continente y Errol no estaba dispuesto a enviarle dinero para alimentos.
Ya sola junto a sus hijos, consiguió trabajo en Canadá.
Allí dividía su tiempo entre su carrera como modelo y como profesora en la Universidad de Toronto.
Usaba sus conocimientos en nutrición para alimentar bien a sus hijos, a pesar de tener poco dinero.
Más adelante, esto la convertiría en la primera modelo plus-size, una de las pioneras del body-positive.
En los años que vivió aterrorizada junto a su marido, comía con desesperación y subió 30 kilos.
También fue una de las primeras modelos en dejar de teñirse el pelo y aceptar sus canas.
Se convirtió en un ícono con su melena completamente blanca en las pasarelas de las Fashion Week de New York y París.
Ella le dio el capital inicial a su hijo, Elon Musk, y lo ayudó a codearse con inversores.
“Yo era la famosa de la familia hasta que Elon se hizo famoso”, cuenta ahora la modelo, desde su casa en Los Ángeles.