La isla italiana del Mar Mediterráneo, Lampedusa, es el principal objetivo de los migrantes que buscan escapar de Libia.
Tal es así, que en una embarcación un niño de un año cruzó solo el mar y se transformó en un símbolo de la dramática travesía de miles de refugiados
Los socorristas italianos fueron a ayudar a los migrantes, y allí lo vieron. Solo, en medio de 70 hombres en un bote de madera.
Los otros pasajeros no lo conocían, ni sabían su nombre, pero sus padres les habían rogado que lo mantuvieran a salvo durante la travesía, porque se les impidió embarcar con él.
Los médicos estiman que su edad es de un año, no tienen forma de saberlo con certeza. Pero sí pudieron asegurar que el niño llegó sano.
Ante la urgencia, sus padres decidieron confiar en extraños para que su hijo pudiera tener un mejor futuro más allá del mar.
Mientras el tribunal de menores decide cuál será el destino del pequeño, un profesor se ofreció para cuidarlo.
El niño no solo se transformó en un símbolo de los refugiados, sino que también se convirtió en el hijo de todos.