El ejercicio físico favorece la normalización de los ritmos cronobiológicos que están alterados en la depresión. “Es habitual que se duerma peor y se tenga menos energía, porque se aplana la diferenciación entre la vigilia y el sueño. Al introducir una actividad física, el sueño va a mejorar, lo que va a repercutir en la mejoría de los ritmos circadianos”, explicó el médico.