Un nuevo estudio de la Universidad de Edimburgo detectó un patrón que hace única e irrepetibles las huellas dactilares de cada persona. ¿Qué resultados arrojó?

La piel de las palmas de las manos y las plantas de los pies está cubierta de finas crestas paralelas llamadas dermatoglifos que dan forma, entre otras superficies, a las huellas digitales.

No son un atributo exclusivamente humano. Muchas especies trepadoras las poseen porque estos desniveles minúsculos en la piel mejoran el agarre y les ayuda en la discriminación de la textura de aquello que tocan.

Su particular forma exclusiva para cada individuo ha sido siempre una dilema que la ciencia no había podido explicar, pero los científicos han descubierto cómo se forman las huellas.

Tras un nuevo estudio, determinaron que las crestas de las huellas dactilares y sus arcos, bucles y verticilos típicos están formados por una combinación de señalización molecular y la anatomía de los dedos en desarrollo.

Según muestra la investigación que es publicó en la revista Cell, las múltiples variables involucradas en el proceso dan lugar a los patrones únicos que se encuentran en cada persona.

Además, aseguraron que podrían ayudar a comprender los trastornos de salud, incluidas las afecciones congénitas, que afectan el desarrollo de estructuras como la piel, el cabello y las glándulas sudoríparas.