Después de siete años y 6,21 mil millones de kilómetros, la cápsula de la misión OSIRIS-REx de la NASA con muestras del asteroide Bennu tocó tierra en el desierto de Utah, EEUU.

Los científicos la esperaban expectantes para recuperar su preciada carga: trozos de polvo y roca espacial de 4.500 millones de años de antigüedad.

Las muestras, que pesan aproximadamente 250 gramos, fueron trasladadas al Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston, donde son extraídas, pesadas y catalogadas para su posterior análisis.

¿Qué esperan encontrar?

La misión OSIRIS-REx ha sido el resultado del esfuerzo sostenido de cientos de astrónomos y científicos desde su lanzamiento en 2016 desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA, en Florida, hasta su llegada a la Tierra.

Las muestras fueron tomadas en 2020 y la NASA aseguró que estas rocas “ayudarán a comprender el origen de la materia orgánica y el agua que pueden haber sembrado la vida en la Tierra”.

Los especialistas coinciden en que el descenso de la cápsula representa un hito en la exploración espacial y promete ofrecer respuestas sobre los orígenes del sistema solar.