Se relaciona con tener la mente activa de manera permanente, con una hiperproducción de ideas. También se le conoce como taquipsiquia.

“Vivimos de manera tan alocada yendo, llevando, trayendo, haciendo y volviendo a empezar, que la ansiedad se volvió aceptable porque es productiva”, explica el licenciado en psicología y sexólogo Mauricio Strugo (MN 41436).

Pero, según detalla el especialista, “vivir así no es gratuito sino que por el contrario puede traer graves consecuencias”. “La gente termina avejentada y viviendo en automático, es decir, sobreviviendo”, resalta.

El síndrome del pensamiento acelerado es un tipo de ansiedad cuya característica principal es que el exceso de información, de actividad, las preocupaciones y las presiones sociales aceleran la mente con una intensidad que puede hacernos mucho mal”, remarca Strugo.

Esta situación lleva a no estar nunca presente sino un paso adelante. “Hace que vivamos la vida salteando días, más atentos al checklist de hacer todo lo que debemos que a vivir”, advirtió.

El doctor en Psicología, docente, tallerista y autor Flavio Calvo (MN 66869) explica que “hoy existe un ritmo de vida mucho más acelerado porque los estímulos son mucho mayores que en otro tiempo”.

“Las redes con mensajes en 15 segundos, el Whatsapp que permite adelantar x2 son hechos que van modelando y condicionando nuestra manera de actuar y vivir los tiempos”, aclara.

Calvo especifica que, ante la enorme cantidad de estímulos, “la atención se acomoda a ser más corta y buscar lo que le produce placer inmediato”.

Los expertos remarcan que existe solución a este síndrome y es “vivir el momento presente, prestando atención a los sentidos”. El Mindfulness es una de las técnicas más utilizadas para esta tarea.