Estratégicamente, consumir la cena temprano se asocia con una mejor calidad del sueño. Marie-Pierre St-Onge, directora del Centro de Excelencia para la Investigación del Sueño y del Ritmo Circadiano de la Universidad de Columbia, menciona que la digestión aumenta la temperatura corporal, interfiriendo con el proceso de enfriamiento que forma parte del ritmo circadiano.