Es un trastorno alimenticio que se caracteriza por consumir compulsivamente grandes cantidades de líquidos. Algunas personas llegan a ingerir entre 8 y 15 litros al día y pueden dañar su salud.

El agua es un nutriente esencial para el cuerpo humano. Mantener la hidratación es uno de los componentes fundamentales de una buena salud y, por ello, los especialistas suelen recomendar beber dos litros -o más- por día.

Sin embargo, hay personas que multiplican por diez o más el volumen de líquido ingerido. La obsesión por beber agua puede desencadenar una conducta patológica, la cual, trae consecuencias negativas.

El término deriva del griego potos que significa bebida y del latín manía que corresponde a demencia y significa, por lo tanto, “beber compulsivamente muchos litros de agua”.

La potomanía no es la causa del consumo desmedido de agua sino su consecuencia y lo cierto es que provoca graves riesgos en la salud.

En algunos casos, se puede llegar a una hiperhidratación, que sucede cuando la ingesta de agua supera la capacidad de los riñones para excretarla, lo que conduce a la dilución del nivel de sodio en la sangre.

Con el tiempo, aparecen síntomas que pueden ser leves, como el dolor de cabeza y las náuseas, o más graves (aunque poco frecuentes) como convulsiones e incluso la muerte.

Si bien por convención médica se fijó en 2 litros de agua al día para las mujeres y 2,5 para los hombres, no existe una respuesta exacta para todos los días.

Los especialistas advierten que la cantidad ideal depende de múltiples factores, como edad, sexo, la alimentación, temperatura, la dieta y el nivel de actividad física.