En la frontera norte israelí con El Líbano se vive la peor escalada de violencia desde la guerra con Hezbollah del 2006.

Los milicianos lanzaron decenas de cohetes y el ejército israelí respondió con fuego de artillería pesada y drones. Hay al menos 55 muertos y miles de desplazados de los pueblos cercanos a uno y otro lado de la línea divisoria.

En Cisjordania también se registran unos 150 muertos en la peor ola de enfrentamientos de los últimos 15 años.

El ejército israelí realiza incursiones permanentes desde hace tres semanas. Arrestó a casi 2.000 militantes. Y los colonos judíos atacaron a sus vecinos palestinos en al menos cinco episodios sangrientos.

Las milicias pro-iraníes que operan en Siria también lanzaron misiles hacia el territorio israelí. Y lo mismo ocurre con los rebeldes Houthis de Yemen, que están apoyados por Irán, y que lanzan desde 2.000 kilómetros de distancia misiles crucero contra Israel.

Cinco frentes tiene abiertos Israel. Si bien no todos tienen la misma peligrosidad y no pueden mantener la intensidad de fuego que se registra en Gaza, constituye un peligro que los analistas militares llaman Guerra de las Mil Abejas.

Se trata de muchos pequeños elementos aguijoneando al mismo tiempo. Una táctica que en poco tiempo puede debilitar incluso a un ejército de la magnitud y del poderío del israelí.

El clásico manual militar del estratega chino Sun Tzu hace varias descripciones de estrategias y tácticas para que organizaciones menores desafíen a enemigos mucho más poderosos.

¿Qué plantea esa estrategia?

Incluye conocer bien al enemigo; no atacar los puntos fuertes, sino los lugares donde el adversario es débil; el despiste y el engaño. Exactamente lo que planteó Hamas con su inesperado ataque que desencadenó esta guerra.