Los investigadores advierten que las ranas “son indicadores del buen estado de conservación del bosque y limpieza de los cuerpos de agua”.
Crédito: Universidad San Francisco de Quito
Recientemente, se hallaron dos nuevas especies que residen en los bosques nublados del noroccidente ecuatoriano.
Fueron bautizadas como rana de cristal de Mashpi (Hyalinobatrachium mashpi) y rana de cristal de Nouns (Hyalinobatrachium nouns).
Residen en los bosques de las Reservas Tayra y Mashpi en el Noroccidente de Pichincha; y en los bosques suroccidentales de Imbabura, en la Reserva Río Manduriacu y Los Cedros.
Los expertos señalan que los Andes tropicales son el punto de mayor biodiversidad del mundo. Esta región contiene más de 1.000 especies de anfibios.
Según el informe, la linealidad de los Andes -con su complejidad topográfica y climática- han permitido que las especies se diversifiquen.
Se les llama ranas de cristal al grupo de anfibios de la familia Centrolenidae, porque su piel dorsal es transparente o completamente translúcida.
Esta característica permite que se pueda ver con facilidad y en vivo la disposición de sus órganos, huesos e incluso movimientos fisiológicos como el flujo de la sangre, digestión, respiración, etc.