Tras prometer una reducción “drástica” de sus operaciones, Rusia bombardeó Chernihiv y Kiev. El ministerio del Interior ucraniano confirmó que “varios cohetes fueron derribados”.

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El diplomático ruso Dmitri Peskov advirtió que no hubo nada “prometedor” en las negociaciones realizadas en Turquía.

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Ucrania informó que en Mariupol el 90% de los edificios resultaron dañados y el 40% destruidos, incluidos hospitales, escuelas, guarderías y fábricas.

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oldados rusos provocaron una nube radioactiva en la zona más contaminada de Chernobyl, a 100 kilómetros de Kiev. Levantaron polvo en el “bosque rojo”, donde los árboles tomaron ese color después de la explosión de 1986.

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El líder de la Iglesia Ortodoxa cristiana condenó los ataques de Rusia.  El arzobispo de Constantinopla, Bartolomé I, se reunió con refugiados ucranianos en Polonia y lamentó la devastación.

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Más de 4 millones de ucranianos huyeron de la invasión, informó la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).  En su mayoría se trata de mujeres, niños y adultos mayores.

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La cifra representa el éxodo más grande en Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Casi uno de cada diez ucranianos ha dejado su país en apenas un mes.

La guerra, en otro nivel.

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Expertos temen que Moscú se sienta acorralada en su invasión a Ucrania y use su arsenal nuclear, lo que desataría un conflicto a gran escala.

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Una oficina de la misión de la Unión Europea en Ucrania fue bombardeada por las tropas rusas. El local ubicado en Mariupol fue alcanzado por misiles rusos que causaron daños importantes.