El mundo de la música está de luto por la muerte de Hawkins, considerado uno de los mejores bateristas del mundo.
Taylor Hawkins era originario de Forth Worth, Texas, en donde nació el 17 de febrero de 1972, pero luego se fue a vivir a Laguna Beach, California. Desde joven comenzó a hacer música.
En 1995, se unió a Alanis Morissette para la gira del álbum Jagged Little Pill y tocó con ella durante dos años, hasta que recibió un llamado de Dave Grohl.
Por entonces, Alanis Morissette era mucho más popular que los Foo Fighters, pero él quería ser el músico de una banda de rock.Y lo logró: por 25 años sería una de las estrellas más reconocidas del rock.
Con el tiempo, inició en paralelo una carrera solista con el grupo Taylor Hawkins and the Coattail Riders y, en sus últimos años, con NHC.
Cuando no estaba de gira, Hawkins vivía en Hidden Hills, en San Francisco, con su esposa Alison y sus tres hijos, Oliver, Annabelle y Everleigh.
En 2001, sufrió una sobredosis de heroína que lo tuvo en coma por dos semanas. Según el propio músico, se encontraba limpio desde entonces.
Su última presentación fue en Argentina, el domingo 20 de marzo, en el marco del Lollapalooza.
Ese día, el artista dominó el escenario con su fuerza en la batería y se llevó todos los aplausos al intercambiar roles con el cantante, Dave Grohl: tomó el micrófono y cantó Somebody to Love, de Queen.
Hawkins murió el 25 de marzo por la noche en un hotel en Bogotá, horas antes de presentarse en el Festival Estéreo Picnic. Lo comunicó la banda a través de sus redes sociales.
“La familia Foo Fighters está devastada por la trágica y prematura pérdida de nuestra querido Taylor Hawkins.Su espíritu musical y su risa contagiosa vivirán con todos nosotros para siempre”.