El vuelo 708 tuvo una insólita confusión y una cadena de errores humanos que acabó con la vida de 160 personas. Un viaje que debía durar tres horas se convirtió en un verdadero infierno.

El 16 de agosto de 2005 tuvo lugar un trágico accidente en Venezuela. que involucró al vuelo 708 de la aerolínea colombiana West Caribbean. Había salido desde Panamá y tenía como destino Aimé Césaire, en la isla de Martinica.

Al mando de la nave estaban Omar Ospina, un piloto de 40 años, y David Muñoz, su copiloto de 21. Viajaban 152 pasajeros y 6 tripulantes de cabina. Un total de 160 personas a bordo.

A las 00:58 horas el avión despegó sin inconvenientes. Estaba previsto que llegara a destino cerca de las 4 de la mañana, pero una serie de errores hizo que se convirtiera en una tragedia.

A media hora de despegar, sobrevolando Venezuela se registraron terribles condiciones climáticas: relámpagos, viento y fuertes turbulencias que  sacudieron al avión.

Las turbulencias comenzaron a empeorar y surgió el temor al congelamiento de las alas de la aeronave. Si bien utilizaron el sistema antihielo, los motores perdieron potencia y el avión levantó su parte delantera.

Los pilotos no se percataron de las numerosas falla del avión y prosiguieron con el vuelo de forma habitual, mientras la aeronave se inclinaba cada vez más.

Tras una hora de vuelo turbulento, una alarma empezó a sonar en la cabina. Sabían que algo estaba estaba mal, pero desconocían cuál era puntualmente la falla.

Pidieron ayuda pero fue demasiado tarde. No fueron capaces de controlar la nave mientras que caía al vacío sin ninguna resistencia. En tres minutos pasaron de los 33.000 pies de altura a 7.000.

El avión se estrelló a gran velocidad contra la Sierra del Perijá, en la frontera entre Colombia y Venezuela, dejando 160 fallecidos.

Nadie sobrevivió. El impacto fue tan fuerte que la aeronave se destruyó por completo.

Las investigaciones llevadas a cabo por la Junta Investigadora de Accidentes de Aviación Civil de Venezuela (Jiaac) revelaron que la aeronave fue “llevada a un estado crítico” dadas las condiciones aerodinámicas y de rendimiento.

Se señalaron dos causas:

1. Hubo un conocimiento insuficiente del entorno, lo que provocó que los pilotos no fueran plenamente conscientes de cómo estaba volando el MD-82.

2. Hubo una falta de comunicación entre el capitán y su copiloto, lo que limitó fatalmente la toma de decisiones apropiadas.