Un estudio científico en EE.UU evaluó los efectos del ejercicio después de la aplicación de las dosis contra el coronavirus.

Actualmente hay 12 vacunas contra el COVID autorizadas para uso de emergencia en todo mundo. Se aplican en adultos y en niños a partir de los 3 o los 5 años.

Los beneficios de esas vacunas pueden potenciarse si se realiza actividad física después de recibirla, comprobaron los especialistas.

El estudio fue realizado por investigadores del Departamento de Kinesiología, el Programa de Inmunobiología y el Instituto de Nanovacunas de la Universidad del Estado de Iowa, en EE.UU.

Descubrieron que una caminata rápida larga, trotar o andar en bicicleta después de la aplicación de la vacuna contra el COVID-19 o de la gripe amplifica los beneficios de la inyección.

Los expertos comprobaron que las personas que hacían ejercicio durante 90 minutos justo después de la inyección producían más anticuerpos que las que no lo hacían.

Se debe a que “la actividad física contribuye a una mejora del sistema inmune”.

Si bien los resultados del estudio son preliminares, se suman a otras evidencias científicas que demuestran que si una persona se mantiene en forma y es físicamente activo se consiguen respuestas más robustas al acceder a las vacunas.

Los niveles de anticuerpos eran más altos en los hombres y mujeres que habían hecho ejercicio durante 90 minutos después de recibir la dosis.

En el estudio participaron 70 personas y unos 80 ratones. Se analizaron las respuestas de los anticuerpos luego de la aplicación de vacunas de Pfizer y BioNTech.

También se detectó que 45 minutos de ejercicio físico después de la vacuna no fueron suficientes para aumentar los anticuerpos y que el ejercicio extremo puede socavar la inmunidad del organismo.

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