El prestigioso investigador Eric Topol aseguró que, ante la evolución del virus, “se necesita con urgencia lograr la inmunidad de las mucosas respiratorias en  la población mundial”.

A más de dos años de declarada la pandemia y luego de que las vacunas de primera generación lograrán prevenir las formas severas de la infección por SARS-CoV-2 y disminuir la mortalidad, el virus sigue avanzando.

Estudios científicos demostraron que el COVID-19, en sus nuevas variantes, encontró la manera de evadir la respuesta inmune.

En un artículo publicado en la revista Science, Topol señaló que existe “una sucesión de variantes preocupantes, con transmisibilidad creciente y evasión inmune, que culminan en los linajes Ómicron”.

Según su investigación, “ha habido una caída dramática en la capacidad de las vacunas y las inyecciones de refuerzo para bloquear las infecciones y la transmisión”.

Topol explicó que “ha surgido una importante necesidad clínica insatisfecha para bloquear la cadena de transmisión, prevenir infecciones recurrentes y lograr altos niveles de protección duradera″.

El científico hizo hincapié en la posibilidad de “utilizar vacunas nasales para lograr la inmunidad de las mucosas, complementando y reforzando la inmunidad lograda a través de inyecciones”.

“Nuevos informes arrojan luz sobre las deficiencias de las vacunas de ARNm por no lograr inmunidad de las mucosas respiratorias contra Ómicron en las personas”, resaltó el especialista.

En línea con su análisis, incluso las vacunas específicas de BA.5, que estarían disponibles para finales de año, “probablemente estarán obsoletas para ese momento, superadas por nuevas variantes”.

Hay al menos 12 vacunas nasales que están en desarrollo clínico y 4 han llegado a la Fase III de ensayos aleatorizados y controlados con placebo. Si bien el dato es alentador, aún hay un largo camino por recorrer.