Comenzó repartiendo pan en la niñez junto a su padre y hoy tiene la fábrica de alfajores que son tendencia en el país. 

Cómo  comenzó todo...

La herencia del oficio y de esforzarse por alcanzar los sueños.

La importancia del apoyo familiar para salir adelante.

Un sistema que le permitió crecer en la comercialización de sus productos.

¿Cómo será el futuro?

“Las tres cosas que un emprendedor debe hacer es aprender a levantarse, amar por sobre todas las cosas el oficio de uno y poder reinventarse todo el tiempo”, concluyó Alejandro.