La realidad de algunos venezolanos en el mundo es alarmante, pese a los esfuerzos de regularización y apoyo en los países de acogida.

Unos 4,3 millones de refugiados y migrantes venezolanos en América Latina y el Caribe carecen de servicios básicos, alimentación y empleo formal.

El aumento de las necesidades humanitarias como consecuencia de la crisis actual evidencia la necesidad de mejorar el acceso a servicios y necesidades básicas.

La mitad de la población refugiada y migrante en la región no puede costear tres comidas diarias, según un informe de la ONU

Para comprar comida o evitar vivir en la calle, muchas personas venezolanas se ven obligadas a recurrir al sexo de supervivencia, la mendicidad o el endeudamiento.

Se estima que actualmente hay más de 7,1 millones de personas refugiadas y migrantes de Venezuela en todo el mundo.

En el informe, se citan casos como el de los venezolanos de Ecuador, donde el 86% de los miembros del colectivo dicen carecer de los ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas.